Partamos de la base que no creo en Dios. (No mamá, superalo) pero no soy atea, soy agnóstica. Eso significa que creo en algo pero no en alguna religión en específico.
Creo en el mundo esotérico. Kejeso, dirán muchos de ustedes. El mundo esotérico es el mundo de las energías. Creo en el aura, los chakras, el tarot, la ley de atracción y sobre todo en la energía (positiva y negativa).
Los esotéricos creen en la reencarnación, puesto que la energía no se crea mi se destruye, sólo se transforma. Yo, no sé, con respecto a lo que pasa después de la muerte, no me pregunten, me aterra y perturba si quiera pensar en el asunto. Pero me hace sentido la teoría esotérica de la reencarnación de las almas, consiste en que nuestro alma se reencarma en lo que necesite para aprender, madurar y sobre todo crecer. Ejemplo; un alma que no sabe trabajar en equipo, reencarnará en una hormiga.
Otro punto importante dentro de la espiritualidad esotérica son las piedras. Yo siempre ando con mi pulsera de cuarzo rosado, para que me ayude a absorver energías positivas.
Me gustaría hacerme reiki, es una terapia que renueva tus energías. Es bacán.
Ser esotérico no tiene reglas, como las religiones, tampoco te impide pertenecer a una de ellas, simplemente es una forma de vivir nuestra espiritualidad para estar alineados y en equilibro.
Esto último me cuesta mucho, estoy consciente de lo desalineada que estoy, lo cerrados que están la mitad de mis chakras y lo poco equilibrada que está mi aura. Quizás es por eso que cuando me hice un examen de sangre me salió el cortisol (hormona del estrés) por las nubes. Me enfermo mucho cuando mis energías están bajas, lo que me lleva a pensar que mis bajas defensas son culpa de mi desequilibrio espiritual, en el cual estoy trabajando.
Elisa´s stuff 